1.1.10

El día transcurría normal, aburrido, como uno más de sus días. No recordaba desde cuando los días se le pasaban sin tener noticia de ello. Simplemente se le volaban, se le escapaban entre los dedos como la arena se le escapa de las manos a un nene que juega en la plaza.
Ella recordaba ser una chica alegre, divertida, simpática, que siempre encontraba algo para hacer en su intento de combatir el aburrimiento diario.
Cada día se vuelve más y más denso, más interminable. Tanto que parece imposible llegar al final de la jornada. La rutina la atrapa, y no la deja escapar.
No recuerda tampoco cuando Vitalidad huyó de su ser. Simplemente un día se levantó y ya no estaba allí. Ese día el cansancio la consumió y tuvo que acostarse de nuevo, para pasar la mañana, el día, la tarde y la noche tirada en la cama, descansando. Recuperándose del abandono, del profundo vacío que Vitalidad había dejado en ella. Poco a poco, con Vitalidad también se fueron Energía, Actitud, Optimismo, Fuerza y Voluntad.

Pero la única que quedó para hacerle compañía fue Esperanza. Después de todo, la esperanza es lo último que se pierde, ¿o no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario