30.12.09

Adiós 2009

Siempre digo que el año que acaba de terminar fue una cagada, y espero que el que comienza sea EL año, como si por ser un año nuevo algo suceda sin que yo influya ni un poco. ¿Por qué cada año pienso lo mismo? Nunca supe valorar lo que poseo, lo que soy, lo que siento, lo que vivo cada día. Nunca supe hacer un buen balance anual. Me quedo con todo lo malo, y dejo de observar lo bueno. Simplemente lo paso por alto y llego a la misma conclusión de cada año: Este año fue una mierda.
Por primera vez voy a salir de esta rutina, e intentar llegar a otra conclusión sobre este 2009.
(Esto va a ser un poquiiiito largo me parece)
El 2009 empezó, como todos los años, con la esperanza de un año próspero y absolutamente diferente a los demás. Fue un verano tranquilo, variando las compañías dependiendo de las vacaciones que cada una tenga. Conocí gente nueva, que hoy día siguen al lado mío, algunos más cercanos que otros. Pasé las tardes de verano con mis amigas, yendo de acá para allá, compartiendo helados, risas y chismes. Fuimos a bailar y disfrutamos de cada noche como si fuera la última. Ellas conocieron a sus chicos, empezaron a salir, y ahora las tengo a casi todas casaditas. Me fui a la playa un poco más de una semanita, disfruté del sol, de la playa y de respirar otro aire. Aunque irse a la costa parezca lo más normal y típico del verano no lo es. Sé lo mucho que mis viejos y mi tía laburan durante el año con tal de darme ese respiro que todos siempre necesitamos, y de verdad lo valoro.
Empezó el año escolar, Cuarto año B me espera, en la misma aula de siempre, en el tercer piso del mismo colegio de casi toda mi vida. Nuevos profesores, nuevas materias, los pibes de siempre. Ya habían pasado dos meses de clases y no me acostumbraba a acostarme temprano y levantarme más temprano todavía. No quería ir más, y recién era Mayo. No dejaba de salir casi siempre, yo seguía de vacaciones. Estuve los primeros meses quedándome un rato más a la salida del colegio con los vendedores de los viajes de egresados de las distintas empresas. Como siempre, curso de mierda, nadie se quedaba a escuchar a nadie. Empezamos con la ilusión de ser (por fin) un curso unido, con la esperanza de que el viaje de egresados, quinto año y un busito y una remerita nos unieran como por arte de magia. Llego a la conclusión de que no hay otras palabras para definirlos: SON UNA MIERDA, LO DIGO CON EL MÁS PROFUNDO DOLOR. Toda mi vida pensé en terminar el colegio, el secundario, con un buen grupo. No digo que todos seamos amigos, pero por lo menos llegar a llevarnos bien. Pero no, ese grupo no lo tengo ni lo voy a tener. Todos somos absolutamente diferentes, y no podemos poner ni un puto granito de arena para tener una buena relación. Todos pretendemos que nos traten bien, pero no nos fijamos en el modo en que tratamos a los de nuestro alrededor. Todos nos creemos, no sé, mejores que los demás que esperamos un trato perfecto, pero ni de casualidad pensamos en brindar algo de hospitalidad a la persona que tenemos al lado. Nunca lo hicimos, ni siquiera al principio, que sabíamos todo el camino que mal o bien nos esperaba por recorrer juntos. Optamos por estar los 5 años (digo los cinco, porque sé que este no va a ser diferente a los 4 anteriores) llevándonos a las patadas, para la mierda. En fin, terminamos por pelearnos porque no podían soportar la idea de ser un curso. Nos separamos, y hoy en día nada más que 10 personas del curso estamos anotados en el viaje a Bariloche. Prefiero esto, porque esas 10 personas anotadas son mis amigos, mis amigas. Personas con las que sé que voy a estar en el viaje y la voy a pasar bien. Personas que quiero, que amo. Prefiero esto antes que la careteada de querer ser algo que no somos.
Estaba por llegar las vacaciones de invierno, pero la gripe porcina atacó por todos lados y mandaron a adelantar las vacaciones, que de 15 días pasaron a ser un mes completo. No iba a bailar por la gripe, salía muy poco (siempre existieron y van a existir los padres sobreprotectores que pretenden aislar del mundo a sus hijos), pero en definitiva eran vacaciones. Terminó esto de la gripe y empezaron las clases de nuevo. Si hasta ese momento no me había acostumbrado a ir al colegio, muchísimo menos ahora que había pasado un mes más sin hacer absolutamente nada.
Vamos por la mitad del año y el balance hasta ahora da:
Positivo: 4 (Vacaciones de verano en la playa, vacaciones de verano con amigos, salidas y juntadas con mis amigos, vacaciones de invierno extendidas)
Negativo: 2 (Curso de mierda, vacaciones de invierno sin salidas)
Hubo una reunión de padres (de padres que le interesaba) y firmamos el contrato para irnos a Bariloche con Snow Travel Argentina S.A. en la segunda quincena de agosto del 2010. A sólo 12 cuotas de llegar a ese viajecito tan esperado SIEMPRE. Además, todos los conocidos que estaban en quinto año que se iban a Bariloche, otros que recién llegaban, hicieron aumentar mis ansias por irme.
Estamos en Agosto, y empiezan a ser nuestros cumpleaños. Flor, nadi, yo, dai, guada y mili. Cada noche fue genial. Gracias por acompañarme en mi cumpleaños un año más.
Este año aprendí algo nuevo: falsificar documentos. Creo que es lo más chanta que hice en toda mi vida. Pero me salen muy bien jaja.
Octubre-Noviembre fueron meses de tensión por una parte y relax por el otro: necesito tal o cual nota para no llevarme física, matemática, psicología, economía, etc.; hola fiestas de egresados, las amo, son lo mejor que le puede pasar a una persona :).
Pero al final, a pesar de ir todas las semanas a una fiesta de egresados distinta, pude salvar todas las materias. A todas menos Religión. Sí, aunque usted no lo crea: ME LLEVÉ RELIGIÓN A DICIEMBRE. Aprobé con un 9 en la prueba, más que obvio.
Terminó el colegio, chau chau adiós Instituto Santísimo Sacramento. Te veo en marzo y prometo no faltar ni un solo día, porque sé que después te voy a extrañar a más no poder.
Empezaron las vacaciones de verano tan ansiadas. Todos los días estoy saliendo, mis viejos ya no me soportan más, no me toleran. Mi abuela me critica y me trata de loca, de pendeja, y yo le contesto que SI, que tiene razón (encima que le doy la razón, se enoja, pff).
Tan pero tan rápido se me pasó Diciembre (y algunas de las cosas más esperadas durante todo el maldito año sucedieron en tan solo 15 minutos), que cuando quise darme cuenta ya eran las 23.00 del día 24, y estaba a una hora de abrir mis regalos traídos por Papá Noel.
Balance de la segunda mitad del año:
Positivos: 6 (Cumpleaños, fiestas de egresados, vacaciones, regalos de navidad, y dos cosas que entran en la clasificación de varios)
Negativos: 1 (Religión a Diciembre)
Lo que da un total de 10 positivos y 3 negativos en el año, redondeemos en 7 positivos, lo que da como un año positivo.
Y hoy, 30 de Diciembre, decidí decirte adiós 2009. Porque a pesar de que esos positivos no sean por algo trascendente que haya sucedido, sino por las pequeñas cosas, fue un año positivo. Estoy más unida que nunca a ellos, que hoy puedo decir que son mi TODO y mi NADA a la vez, y que gracias al cielo los tengo. Ustedes siete son lo que son, son mis amigos, y no los pienso compartir nunca con nadie :).
Chau 2009, hasta nunca.